
Un grito es la constatación de una distancia. Si contemplamos con detenimiento la obra icónica de Edvard Munch, reparamos en que el alarido que proyecta la figura andrógina, situada en primer plano, no se reduce a una boca abierta. El gesto de sus manos, tapándose los oídos, converge en la misma dirección que el presunto sonido: el aislamiento… leer más